La imagen que nos evoca la imaginación en la mente cuando pensamos en estudiar suele tener los mismos elementos, una persona sentada en una silla, los codos sobre la mesa, un libro abierto, un espacio tranquilo. Parece fácil estudiar, parece muy fácil sentarse y centrarse en leer y aprender, es fácil, hasta que te sientas y te encuentras mirando el teléfono móvil, cotilleando alguna red social o buscando la música “adecuada”.

No es tan fácil. Estudiar es una combinación de motivación, organización y técnicas de estudio. La motivación es quizá lo que tiene más peso a la hora de aprobar o no una asignatura, te da las fuerzas para sobreponerte ante obstáculos, te hace pensar en la materia aún sin estar estudiando, te enfrentas a ella como algo placentero. Si no hay motivación las excusas y los “luego me pongo” aparecen como las setas en otoño. Pero, estás de suerte, existen unas técnicas para lidiar con la falta de motivación.

3 – Cambia de espacio

Retener, o más bien, integrar conceptos en nuestro cerebro requiere que se formen nuevas conexiones entre las neuronas. Estudiar mucho en poco tiempo no favorece que esas conexiones perduren en el tiempo, es posible que apruebes el examen pero a los dos días ya habrás olvidado la mayor parte de los conceptos. Así que una de las claves es dedicar cada día un poco de tiempo a estudiar e ir cambiando de espacio de estudio.

Se demostró que las personas que cambian de espacio de estudio retienen mucha más información y ésta está más integrada que las personas que siempre estudian en el mismo lugar. Tus ojos perciben el entorno, y los entornos distintos implican la creación de nuevas conexiones neuronales. De esa creación de nuevas conexiones te puedes beneficiar para mejorar tu aprendizaje.

Más información.

2 – Rememora

El método habitual para intentar recordar algo es tratar de memorizarlo repitiendo ese algo en nuestra mente hasta que conseguimos integrarlo. Fatal.
Se ha descubierto que para conseguir retener algo en lugar de memorizar hay que rememorar.
Esta técnica de estudio consiste en leer aquello que quieras recordar, intentando descubrir cuales son las ideas clave, una vez lo hayas hecho intenta, sin mirar el texto, recordar esas ideas clave, o mejor aún, explicártelas a ti mismo. Es útil practicar esta misma técnica cuando no se está en el lugar de estudio, puedes tratar de rememorar mientras das un paseo, todo ello ayudará a que fijes mejor los conceptos e ideas clave en tu mente y así podrás aprender más rápidamente conceptos relacionados.

Equivocarse rememorando es parte del proceso. Ver los errores propios ayuda a no cometerlos más adelante y a que la próxima vez que leas un texto para rememorar lo integres más rápidamente.

En este enlace encontraras una metodología para rememorar mucho más elaborada.

1 – Pomodoro

El pomodoro es una técnica conocida para lidiar con la procrastinación. La procrastinación es el hábito de ir retrasando las tareas pendientes. Muchas veces tiene que ver con que la tarea no motiva y nuestro cerebro, cuando tiene que hacer cosas que no le apetecen activa las mismas áreas que cuando sentimos dolor. Es por ello que cambiar de tarea: mirar internet, salir a la calle; produce tanto placer y fortalece el hábito.

El pomodoro ayuda a acabar con el hábito de una manera indolora.

Para llevar a cabo esta técnica necesitas un temporizador, el del móvil funciona bien. Se trata de hacer series de estudio de 25 minutos sin distracciones y entre serie y serie 5 minutos de “recreo”.

Recuerda poner el móvil en modo avión para evitar notificaciones que te puedan distraer. Son solo 25 minutos.

Para ampliar información sobre la técnica de estudio Pomodoro sigue este enlace.