En la mayoría de los casos, no. Normalmente se puede abandonar un consumo problemático –con el apoyo de especialistas o no– sin cambios de residencia. La persona podrá seguir estudiando, trabajando (o buscando trabajo), o viviendo en su mismo domicilio. Sin embargo deberá modificar ciertos hábitos, evitar algunos espacios de ocio, mantenerse lejos de ciertas personas, pero el eje de su vida no tendrá porqué sufrir cambios significativos.

Pero algunas personas sí necesitan un cambio rotundo para que su tratamiento tenga unas posibilidades de éxito altas. En ocasiones convendrá un ingreso hospitalario unos días para desintoxicarse si tiene una fuerte dependencia física.

En otros tendrá que acudir a una comunidad terapéutica de deshabituación cuando para dejar el consumo de drogas necesite romper definitivamente o temporalmente con un entorno que dificulta enormemente que no las tome (ciertos barrios, algún tipo de familia, etc.). Y también cuando su tratamiento –por la gran dependencia que tiene– no tenga que ser una actividad más sino la principal. En estos casos la persona deberá estar unos meses realizando el tratamiento para luego o bien volver a su entorno con suficiente fuerza para mantener la abstinencia, o bien utilizarlo de plataforma para crearse una nueva vida en otro lado.

Las comunidades terapéuticas son centros con un equipo profesional educativo, psicológico y sanitario. Están diseñadas para la deshabituación del consumo, trabaja intensivamente individualmente y en grupo, e incorpora en la última fase del tratamiento la inserción social.